miércoles, 19 de febrero de 2014

Eyes Wide Shut





William Harford es un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y hace un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de dejarlo por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una congregación secreta dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces un mundo dominado por el sexo y el erotismo se abre ante él.





La pareja protagonista es fría, egoísta y profundamente insatisfecha. Parecen estar atados no por puro amor, sino por otros factores, como la comodidad y las apariencias. Mientras que la pareja es muy “moderna” y de “clase alta”, las fuerzas que mantienen juntos son el resultado del comportamiento básico, primordial y casi animal. Si nos fijamos en el comportamiento instintivo de los seres humanos y los animales, los hombres se ven sobre todo para las mujeres que tienen buenas cualidades de procrear mientras que las mujeres buscan un proveedor fuerte. Los restos de estos comportamientos todavía existen hoy en día como los hombres tienden a mostrar la riqueza y el poder para atraer a las hembras, mientras que las mujeres muestren su belleza para atraer a los machos. En Eyes Wide Shut, la pareja sigue perfectamente el guión instintivo.


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